África entre dependencia tecnológica y soberanía digital: Luchando por el software libre “made in África”

África no es ninguna potencia mundial en la producción de software. Pero África sur-sahariana se perfila poco a poco como el segundo mercado más importante del mundo en número de usuarios de telefonía móvil (346 millones en 2017) y es el que crece más rápido a nivel mundial. En ese espacio están proliferando soluciones imaginativas a problemas actuales, como por ejemplo el acceso completo -y exclusivo- a servicios bancarios vía teléfono móvil o el uso de aplicaciones móviles para la resolución de problemas cotidianos hasta un nivel pocas veces visto en otros países; desde la gestión agrícola de micro explotaciones pasando por el control de la salud materno infantil del hogar o incluso la lucha contra epidemias como el Ébola. Esto está llevando algunos países como Kenia o Uganda a poner en marcha políticas públicas encaminadas a disputar a países como India el título de centro preferente para la des-localización de centros de producción de software a escala mundial. Para ello cuentan con los bajos costes laborales, la familiaridad con el idioma -todos forman parte de la comunidad de países anglófonos- y unas instituciones educativas de una calidad cada vez más consistente.

FOSSFA: luchando por el software libre “made in África”

Pero en África existe una comunidad de profesionales, intelectuales y militantes de todo el continente que luchan por romper con la lógica de convertir África en un espacio destinado sólo a la des-localización de centros de producción atraídos por los bajos costes laborales y que presionan para ir un paso más allá. Agrupados en la Free Software and Open Source Foundation for Africa (FOSSFA) militan para favorecer el surgimiento de comunidades, empresas y soluciones propias de tal manera que África deje de ser dependiente en el ámbito de las nuevas tecnologías y asuma un rol de liderazgo en la propuesta de soluciones a los problemas propios del continente, propuestas basadas en principios como la solidaridad o la reciprocidad, arraigados en las formas de organización propias del continente.

Los encuentros bianuales de esta asociación, las IDLELO, se han convertido en un espacio de peregrinación importante para todos aquellos desarrolladores, técnicos y personas partidarias de una manera diferente de abordar la tecnología. Desde el primer encuentro, realizado en Sudáfrica en 2004, hasta el último, celebrado en Uganda durante la última quincena del pasado mes de Agosto, han transcurrido más de 10 años y 7 IDLELO durante los cuales el evento ha ido ganando en importancia y en participantes. Estos incluyen no sólo programadores o ingenieros, sino todo tipo de perfiles vinculados al mundo de Internet y las nuevas tecnologías, como pueden ser abogadas, empresarios o incluso políticos. Y es que según @nnenna, secretaría general de FOSFFA y coordinadora regional para África de la World Wide Web Foundation, las IDLELO no tratan de programación o de economía, sino que el tema de fondo de estos encuentros son los derechos humanos y el desarrollo. Y en el corazón de ello están las peculiaridades del Software Libre y las ventajas que según FOSFFA comporta para el desarrollo de África en su conjunto.

¿Por que? Podemos calificar como Software Libre todas aquellas aplicaciones que permiten al usuario no sólo su uso libre y sin limitaciones sino también el acceso al código fuente, la posibilidad de modificar este código sin restricciones legales y el derecho de distribuir libremente las copias modificadas siempre que éstas también se distribuyan como software libre. És en estos últimos elementos que residen las posibilidades del Software Libre para África.

Según @nnenna el software libre es un elemento de desarrollo clave porque posibilita el acceso de las comunidades de programadores africanas a una gran cantidad de código, lo que les permite proponer soluciones propias para el continente a un coste mínimo. Esta es una práctica opuesta a la de las grandes multinacionales del sector (Microsoft, Apple, Oracle, etc.), que no dejan acceder al código de sus programas y que por tanto mantienen fuera del alcance de esas comunidades la adaptación o modificación de las aplicaciones al entorno local.

Además el uso de software libre permite un abordaje comunitario y desmonetizado de la producción de nuevos programas. Esto implica que cualquiera tiene acceso y puede colaborar en la mejora de un programa o aplicación o crear otros nuevos en base a los existentes. Y lo que es más importante, esta colaboración es por defecto voluntaria y basada en los principios defendidos por el software libre (solidaridad, libertad, transparencia). Eso no implica que no se invierta en desarrollo o que los desarrolladores no cobren, pero sí que todo lo producido es socializado. El hecho de que cualquier aporte sea vertido a la comunidad, que es quien decide hasta qué punto lo adopta o no, dota a las comunidades de una gran eficiencia y capacidad de innovación. Ambas características explican el porqué FOSFFA liga software libre y desarrollo; El uso de programas libres es una manera de reforzar las capacidades y potencialidades de África frente a las prácticas de las omnipotentes multinacionales del sector, que condenan África a un rol periférico en el proceso de producción de software.

La dependencia denunciada por FOSFFA tiene además implicaciones económicas importantes. Según @FrankTumwebazek, ministro de Tecnologías de Información y Comunicación de Uganda, el estado Uganda paga 24 millones de $ anuales en licencias para utilizar aplicaciones de escritorio -básicamente Microsoft Office-. Este dinero: ¿no estaría mejor invertido en desarrollar el tejido productivo y las capacidades locales en el ámbito de las nuevas tecnologías?. En este sentido la última edición #IDLELO7 fue significativa porque por primera vez el gobierno y el conjunto de instituciones estatales del país de acogida vinculadas a las TIC -Uganda, en este caso- se volcaron en apoyar la organización del encuentro. Aún está por ver si esta implicación tendrá consecuencias prácticas a nivel legal y de políticas públicas. En todo caso lo que es cierto es que el gobierno se ha comprometido a liberar al menos 2 bases de datos de alcance nacional en el marco de la política nacional de transparencia y Open Data, otro de los caballos de batalla de #IDLELO .

El Software Libre: inexistente en los curriculums y programas educativos africanos

Pero la posibilidad de un cambio real se ve dificultada por inercias. Según @ashifferaw, impulsor de un grupo que promueve el uso de software libre en una de las escuelas de programación más importantes de Kampala, actualmente los profesionales del sector no ven el software libre como una opción a tener en cuenta cuando se embarcan en un proyecto sencillamente porque no figura entre las herramientas en las que se han formado y se sienten cómodos. Esto es una consecuencia directa de la falta de presencia de software libre en los currículos de las escuelas de formación profesional y de las universidades y supone un freno a la expansión del Software Libre.

Es significativo por ejemplo el hecho de que la principal escuela de computación de kampala sólo imparta una certificación introductoria al sistema operativo Linux (equivalente a LPIC1) y destinada básicamente a aprender el uso de aplicaciones de escritorio (alternativas libres a Microsoft Office o Adobe , entre otros). O que en el currículo formativo sólo aparezca (de manera optativa) un pequeño módulo de soluciones abiertas en el que aprender a montar un servidor web. Si tenemos en cuenta que tanto Linux como las soluciones abiertas dominan actualmente el panorama mundial en cuanto a servidores nos encontramos que los estudiantes africanos se encuentran por definición relegados a quedar al margen de cualquier tarea relevante en cuanto a la administración de sistemas a escala global. Dicho de otro modo: el sistema les reserva la condición de usuarios periféricos, sin capacidades reales de participar en el diseño y en la administración de los sistemas a escala global.

La ausencia de Linux o de soluciones abiertas se explica básicamente por el hecho de que el diseño del curriculum académico responde a la demanda del mercado local. Pero esta se limita actualmente a una serie de certificaciones o capacidades muy básicas que no permiten la proyección internacional de los desarrolladores africanos, confinandolos a tareas de gestión y/o mantenimiento de sistemas diseñados por otros. Es en este punto donde el rol de las políticas públicas es crucial. Es clave que las propias instituciones generen un medio ambiente favorable mediante legislación y oportunidades para el software libre que genere necesidades y tejido productivo local y que incite a los espacios de formación introducir el software libre en sus CV.

Actualmente las comunidades de software libre en África se encuentran en una fase embrionaria. Según @nnenna la mayor parte está compuesta por espacios más vinculados a la difusión del ideario del software libre y de promoción de aplicaciones en particular que no de comunidades que produzcan software. Sin embargo en los últimos años sí que se han dado colaboraciones importantes de la comunidad africana en diferentes proyectos. Un ejemplo sería Open Street Map, utilizado por varias organizaciones humanitarias durante las últimas crisis que ha vivido el continente y que ya dispone de una comunidad muy estable y entusiasta de colaboradores. La próxima cita para evaluar la salud del software libre será #IDLELO8, que se llevará a cabo en Durban (Sudáfrica) en 2018.

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