
Fuente: Wikipedia
El portaaviones soviético Varyag siendo remolcado hacia China, donde sería rebautizado como Liaoning. Fuente: WikipediaA pocos días de la huelga general del día 14 leo en el folletín de la mañana un artículo sobre el congreso del partido comunista chino y se me ponen los pelos de punta. Si lo que cuenta el periodista es cierto, China no sólo ha hecho toda una serie de reformas que han liberalizado la economía y la han convertido en el revienta-derechos laborales que nos va a hacer perder toda la competitividad que pudieran tener las empresas europeas. Pues no, además China se está convirtiendo en una potencia militar en toda regla que parece amenazar la hegemonía militar occidental (bueno.. hegemonía de los USA, porque el resto no dejan de ser la comparsa del titiritero..). Aviones fantasma, portaaviones overcraft, acorazados en el Mediterráneo y no sé cuantos otros engendros tecnológicos que parece que ponen la piel de gallina al alto mando estadounidense.
“Buena jugada..” pienso para mis adentros. Y me veo de vuelta a los 70.. ¿no les huele a chamusquina?. Empiezo a creer que en algún think tank de esos (curioso que este tipo de noticias, a pesar de hablar sobre el otro extremo del mundo, siempre citen fuentes estadounidenses..) lo han visto claro: China es el enemigo perfecto. Con la URSS todo era demasiado complicado y peligroso, pues un país con el que no exportas e importas nada puede hacer lo que le de la gana y si me apuras apretar el dichoso botoncito rojo en un ataque de locura y hacer que todo salte por los aires. No como China, cuyos mercados son los demás, especialmente nosotr@s. Pero sobretodo, tener un enemigo con una supuesta conciencia de clase (a los obreros rusos y de otras repúblicas ex URSS seguro que no les parece tan “supuesta”, pues por algo vivían un poco -bastante- mejor aún cuando no tuvieran la “libertad” de “votar” en elecciones amañadas cada cierto tiempo) ocasionaba esa atracción de l@s trabajador@s occidentales hacia el modelo ajeno que hubo que solventar a golpe de talonario estado del bienestar mediante.
Y volvemos a los 70.. Ahora parece increíble, pero a finales de los 70 corría una extraña percepción de que el “bloque socialista” andaba ganando y que Occidente se atascaba en un callejón sin salida.
En medio de la crisis del petroleo los ejércitos soviéticos o sus aliados campaban por medio mundo vapuleando a los aliados de Occidente en Angola o Etiopía mientras los EUA & company perdían regímenes amigos por doquier. A fracasos militares apabullantes como el intento de rescate de los rehenes de la embajada de EUA en Irán, en el que los sofisticados sistemas de armamento fallaron uno tras otro estropeándose helicópteros, armas, etc.. se contraponían éxitos desmedidos como la conquista de Afganistán por el ejercito rojo en apenas 24 horas después de una jugada maestra (se le hizo creer al ejercito local que se trataba de unas maniobras..). En ese momento incluso se publicaron preocupantes gráficos sobre la cantidad de misiles de uno y otro lado en el que el pequeño misil americano parecía raquítico al lado de un enorme misil soviético.
Luego resultó que esa supuesta potencia soviética no era más que un tigre de papel o una mentira, lisa y llanamente. El sistema ya estaba podrido y se hundiría desde dentro apenas 10 años más tarde, pero esa percepción de la superioridad militar soviética hizo el juego de la industria armamentística de los EUA. Los presupuestos se dispararon y los contratos llovían sobre las empresas.
China es la otra guerra fría. Una aún mejor, pues detrás no hay un estado “social” que pueda generar división en nuestras filas, restando apoyos y exigiendo mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores. Al revés, China es el enemigo que nos exige sacrificar nuestros derechos laborales e incluso alguno más para poder continuar compitiendo y no perderlo todo. No importa que los presupuestos militares de los EUA sean el 40% mundial mientras que China, con cuatro veces su población, esté en un 8,2%, o que el “temido” nuevo portaaviones Chino que hace que este país entre en el “selecto” club de los poseedores de portaaviones en su marina de guerra sea un viejo portaaviones soviético reciclado que iba a ser desguazado.
No sé si China va a derrumbarse o a sufrir una transformación política en profundidad en los próximos 10 años – no me extrañaría que pasara al menos lo seguno, por otro lado..- pero lo que es evidente es que desde la gran empresa y desde esos extraños entes “generadores de ideas” que son los think tanks ya parecen haber encontrado al enemigo que va a sustituir a la excusa de la crisis para justificar la pauperización de las clases populares de occidente.. y de todo el mundo. Un enemigo muy cómodo..